Nacho era un joven de 27 años. Trabajaba en un taller mecánico que abría las 24 horas del día, en San Fernando de Henares, aun que la crisis estaba causando múltiples despidos.
Una noche, a Nacho le tocaba trabajar pero se había quedado dormido, así que cogió el coche, lo puso en marcha y se dirigió al trabajo lo más rápido posible, atajando por las calles y caminos, llevando en el asiento del copiloto un termo de café para combatir el sueño, pero no fue posible.
Esa misma noche, unos vecinos alertaron de un fuerte golpe en el Camino Viejo de Vicálvaro. Cuando acudió la policía, había un coche destrozado que había chocado contra el quitamiedos. El vehículo estaba lleno de sangre, no había manchas en la carretera y las puertas estaban bloqueadas. Todo apuntaba a que Nacho había tenido el accidente por el cansancio y el sueño. A pesar de todo esto, el cuerpo del joven no estaba.
Arreglaron varias veces el quitamiedos pero, misteriosamente, cada vez que lo reparaban volvía a la forma en la que estaba cuando retiraron el coche del mecánico.
Afirman los vecinos que todas las noches, a la misma hora, se oye el mismo ruido del accidente y dicen que el alma de Nacho vaga cada noche por allí.
Pues te ha quedado muy realista :)
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